Proceso de cuidados de los viñedos a lo largo de todo el año
Otoño, invierno y comienzo de primavera
A finales de Otoño o comienzos del invierno la viña entra en un periodo de reposo o latencia. En este periodo, se procede a arar la tierra para tapar las raíces y evitar daños causados por las heladas, eliminar las malas hierbas y preparar el suelo para recibir las lluvias de invierno. Además, durante el invierno, se realizan labores de abonado con el objeto de enriquecer el suelo con minerales y mantener los niveles de materia orgánica.
A continuación, se procede a la poda de la viña, cortando los sarmientos necesarios para controlar el rendimiento y calidad de la cosecha siguiente. Es el Consejo Regulador el encargado de determinar el número máximo de yemas por hectárea y viña, con el propósito de limitar la producción de uva por hectárea.
Con la subida de las temperaturas, la savia comienza a subir por la madera vieja y emerge como lágrimas de los cortes realizados en la poda. Las yemas comienzan a hincharse y se produce el crecimiento de los brotes. Este fenómeno suele producirse en abril.
Con la primavera y el ascenso de las temperaturas aparecen nuevos brotes y se procede al labrado de la tierra para eliminar la tierra de la base del tronco de las viñas, permitiendo que el aire y la lluvia penetren y eliminando las malas hierbas.
También se realiza el espergurado (consiste en la eliminación a mano de los brotes no productivos que aparecen en el tronco) y el desniete (eliminación de brotes laterales) de la viña.
La gran parte de las uvas con las que se producen nuestros vinos, son de viñedos propios de entre 15 y 100 años plantados en vaso y espaldera con una producción de 4.000 Kg./Hect. a 5.000 Kg./Hect para las variedades tintas y 9.000 Kg./Hect. para la variedad blanca
Final de primavera, verano y vendimia
El color verde aparece en las viñas y a primeros de junio se produce la floración y posterior polinización y fertilización del óvulo. De esta fertilización dependerá el número de granos de uva por racimo.
En verano, las altas temperaturas permiten un rápido crecimiento de los brotes. A partir de este momento, es muy importante prevenir contra las enfermedades que habitualmente afectan a la vid, tales como oídio y mildiu.
En Julio, se forman las bayas y comienzan a tomar su color definitivo a finales de julio o principios de agosto. En este momento, la uva comienza a perder acidez y a acumular azúcar, produciéndose así la maduración.
Cuando la maduración de la uva llega a su estado óptimo comienza la vendimia. Este momento se suele dar a mediados o finales de octubre.
Con el fin de la recolección, la vid almacena reservas en el sistema radicular y en el tronco procedentes de sus hojas, que cambian de color y, finalmente, se caen.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí.Estoy de acuerdoRechazarPolítica de Cookies